Uno de los acompañantes destacados de la actividad escolar en pandemia ha sido la tecnología, que se convirtió en la protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje, al ser el vehículo y canal por el que se desencadenada toda la comunicación entre profesores y estudiantes.
Los resultados del Diagnóstico Integral de Aprendizaje publicados por el Mineduc confirman los deficientes resultados educativos en el país durante la pandemia. Este estudio refleja que un 60% de los estudiantes entre 6º Básico y 3° Medio no ha alcanzado los logros esperados en las dos competencias claves medidas -lectura y matemáticas- a pesar del currículum priorizado que disminuyó de forma significativa los objetivos de aprendizaje esperados.
Si bien el año 2022 se plantea con presencialidad total, no sabemos realmente cómo se comportará la pandemia y qué incidencia pueden tener sus nuevas cepas en el mix de presencialidad y virtualidad. Es labor de los equipos directivos seguir promoviendo el crecimiento de toda la comunidad educativa en el escenario que nos depare el futuro.
La tecnología ha llegado para quedarse. En la actualidad, los establecimientos escolares deberían contar con una plataforma LMS (Learning Management System) que les permita la posibilidad de generar un aprendizaje constante y actualizado, guiado por el profesor y facilitando la interacción entre toda la comunidad educativa, incluso si la actividad del establecimiento es totalmente presencial.
Durante la pandemia se ha hablado y debatido mucho acerca de la redefinición del perfil docente, pero no tanto de la necesidad de la redefinición de los equipos directivos. El rol del directivo es clave para que se pueda producir cualquier cambio dentro del ecosistema escolar.
No olvidemos cuales deberían ser las principales funcionales de cualquier directivo que tiene un equipo humano a su cargo: desarrollar e implementar la misión de la institución, velar por el mantenimiento de la visión de la institución, y transmitir las metas y objetivos de la institución a las personas.
Los directivos son los actores clave para coordinar la vida de toda institución educativa, en sus manos está el rumbo y la visión de la escuela. Además, son los encargados de promover el desarrollo de las capacidades de los docentes, el trabajo colaborativo, y generar las condiciones de un buen clima institucional.
El perfil docente cambiará en la medida que el equipo directivo sea capaz de impulsar ese cambio. Para ello, el equipo directivo debe tener visión a largo plazo sobre qué espera de la institución en el momento actual y en el futuro.
¿Qué nos traerá este año escolar?
Hacia la digitalización total: si en los dos últimos años la tecnología se ha convertido en un actor principal dentro de los colegios, para el 2022 esto será una obviedad infranqueable. ¿A qué tendencias y proyectos tendremos que poner foco en 2022? El primer gran proyecto será el Libro de Clases Digital. Dentro del marco del plan «Todos al Aula», el Mineduc impulsa el uso del Libro de Clases Digital, sustituyendo a los históricos libros en papel que encontrábamos en todos los establecimientos escolares.
Migración a filosofía Cloud: la escuela en la nube ya es una realidad. En un año en que tuvimos que trabajar fuera de nuestro entorno habitual, todas las organizaciones sintieron la urgencia de migrar a la nube, evitando almacenar la información únicamente en un lugar físico o software que no estuviese 100% accesible desde cualquier punto. Este 2022 debemos disponer de una escuela que esté accesible desde todo lugar y preparada para cualquier contingencia que nos depare el futuro.
Analítica y minería de datos: hoy en día toda organización, por pequeña que sea, tiene que operar en base a datos, ya sean normativos, cualitativos o de proceso, tanto los generados por la propia organización como de manera externa, pues todos ayudarán a una mejor toma de decisiones. Será imprescindible saber convertir estos datos en información útil para la organización y debemos prepararnos para trabajar con mucha información y utilizarla en nuestro beneficio y el de nuestros estudiantes.
Soluciones de colaboración: ya conocíamos las ventajas de la cooperación en el proceso de aprendizaje, pero hoy tenemos la certeza de que la tecnología puede incrementar y hacer exponencial estas metodologías al permitir que la colaboración se pueda realizar de forma síncrona o asíncrona y desde cualquier lugar, generando y fomentando las zonas de desarrollo próximo de nuestros estudiantes.
Inteligencia artificial: la inteligencia artificial en la educación permite entender mejor el perfil de los estudiantes y sus necesidades. Gracias a esto, es posible crear planes e itinerarios de actividades educativas personalizados, eficientes e innovadores que posibiliten a los estudiantes a aprender de manera práctica y teórica al mismo tiempo. El docente tiene cada vez más cerca la realidad de contar con un asistente virtual como un auxiliar pedagógico inteligente, basado en un chatbot, por ejemplo.
Realidad Virtual: se ha hablado bastante sobre la realidad virtual en la educación en el pasado, pero esta tecnología no ha tenido mucha penetración en las aulas. Facebook ha sido quien ha estado agitando el avispero de la realidad virtual este último año, incluso cambió su denominación comercial a «Meta». La compañía anunció que invertirá más de 10.000 millones de dólares en la creación de un metaverso: universo virtual para interactuar con otros mediante el uso de dispositivos de realidad virtual. Inicialmente serán herramientas que llegarán al entorno personal y de ocio, pero de forma acelerada se crearán usos educativos interesantes, que hoy son difíciles de imaginar.
Por José Luis Pastor, Director Negocio Educaria Zig-Zag