El fenómeno global del varamiento de ballenas

El océano es parte vital de nuestro planeta, tanto así que cubre más del 70% de la Tierra. Es tan importante que constituye la principal fuente de vida y sustento de las diversas especies que habitan el mundo. El océano es el productor de al menos el 50% del oxígeno planetario, y no menos importante… es el hogar de una extensa fauna marina.  De acuerdo a datos entregados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), al menos el 90% de las especies marítimas ha visto calidad de vida afectada notoriamente.

Cada 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos, donde el llamado principal de parte de la ONU este año es a revitalizar y generar acción colectiva para proteger la biodiversidad que habita en él. A raíz de la precaria situación que atraviesa la fauna marina, hay una especie en particular que se ha visto notoriamente afectada: las ballenas.

Según datos de National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), son miles las ballenas y delfines que aparecen varados en playas alrededor del mundo, correspondiendo a un fenómeno que se da tanto en animales heridos, muertos y en óptimo estado de salud, que son arrastrados hasta las orillas de los balnearios. El UK Cetacean Strandings Investigation (CSIP) ha detectado más de 12.000 ballenas y orcas varadas desde 1990. Dicho estudio ejemplifica con el varamiento y muerte masiva de 337 rorcuales norteños (cetáceos que se caracterizan por habitar zonas templadas o polares) en la Patagonia de Chile durante 2015. Hoy, los rorcuales norteños están en peligro de extinción.

Los múltiples varamientos dan cuenta de una realidad: es un fenómeno global que va en ascenso.

Situación similar vive el pingüino de Humboldt, animal que hoy se encuentra en estado vulnerable, es decir, a un paso del peligro de extinción debido a la caza furtiva en algunas regiones costeras del norte de Chile, ya sea para consumir su carne o venderlo en el mercado negro debido a su pelaje y grasa. Este riesgo de vulnerabilidad crece con la contaminación de su hábitat natural, propiciada por el ser humano.

¿Existen factores que aumenten el riesgo de varamiento?

  • Una ballena puede varar debido a distintas razones, entre ellas, puede ser a causa del parto, etapa senil o algún inconveniente físico. No es necesario que se encuentre gravemente dañada; el más mínimo signo de debilitamiento puede causar que estos animales sean arrastrados hasta las orillas.
  • La contaminación juega un rol importante y dañino: las sustancias químicas siempre acaban en el océano, afectando a toda la fauna marina. Del mismo modo, la falta de reciclaje plástico también influye en que la calidad de vida de estos cetáceos se vea afectada negativamente, ya sea por ingerir micro plásticos o enredarse en desechos que pueden tener consecuencias mortales.
  • Las ballenas se desorientan: se ha descubierto una conexión entre la actividad acústica naval con varamientos ocurridos en Guam, ya que como el sonido viaja más rápido a través del agua, se cree que puede provocar lesiones en sus oídos, generando desorientación. Puedes leer más al respecto aquí.

Quiero ayudar a una ballena varada

Asistir a un cetáceo varado consiste en una tarea que debe realizarse de manera rápida y eficiente, y que ojalá esté a cargo de equipos de rescate. Sin agua, el peso de la misma ballena puede aplastarla hasta morir en tierra firme; la grasa de su cuerpo también genera sobre exposición al calor, causando su muerte, o simplemente pueden ahogarse debido a la falta de aire.

Si el animal necesita tratamiento veterinario –siendo el escenario más probable-, es contraproducente intentar moverlo hasta el mar, ya que aumenta el riesgo de dañar su cola. Como espectadores en un varamiento, lo más responsable de hacer al no poseer entrenamiento previo, es mantener al cetáceo mojado y protegerlo de las altas temperaturas hasta que llegue ayuda.

Hoy en día son muchas las maneras de informarse en torno a protección de la fauna marina. Desde la formación de grupos activistas, centros de rehabilitación, estudios científicos e inclusive producción literaria sobre el tema. En Editorial Zig-Zag buscamos ser parte de los avances de la sociedad y apuntar al desarrollo de un mundo mejor desde el arte de las letras, donde es importante inculcarle a los más pequeños la importancia de ciertos temas; siendo la obra de Benji Davies un claro ejemplo de ello.

Ilustrador, director de animación y autor de cuentos infantiles, como por ejemplo “La ballena”, que sigue la historia de Noé, un niño que tras una noche de tormenta encuentra a una ballena varada en la playa, y decide esconderla en la tina de su casa, desarrollando un lazo cargado de aprendizaje, amistad y empatía. Su secuela, “La ballena en invierno” (2016) continúa la historia del pequeño Noé y su ballena, pero en esta ocasión su padre ha salido de pesca y no ha vuelto, por lo que el niño decide aventurarse a buscarlo, perdiéndose en un congelado océano.

Ambos libros álbum están disponibles en www.tienda.zigzag.cl y sin duda son una lectura recomendada para estimular el aprendizaje sobre estas inmensas y complejas criaturas marinas, concientizando a los más pequeños en relación al respeto y protección que merecen, para que el día de mañana puedan reaccionar adecuadamente al encontrarse frente a frente con una ballena varada.

Por otro lado, si quieres aprender y/o enseñar sobre la situación del pingüino de Humboldt, en la colección Lectorcitos Rojo encontrarás “Los pingüinos emperadores llegan al Norte Chico” del autor Andrés Julián.

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Lamentablemente, los índices de supervivencia son bajos, ya que por instrucción los equipos de rescate solo pueden devolver (o reflotar) a una ballena varada de vuelta a su hábitat siempre y cuando esté lo suficientemente sana como para sobrevivir. Actualmente, las opciones más viables son la cautividad o la eutanasia, para evitarles el sufrimiento de vivir en cautiverio.

Si vives en Chile y te interesa la protección de estos animales, puedes ingresar al Centro de Conservación Cetácea para mayor información.

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