Fabián Rivas: “Cuando descubrí la ilustración me di cuenta que no era necesario dibujar bien. Cada ilustración comunica, representa algo”

Por Catalina Fernández. 

El mundo de la narrativa infantil y los libros álbumes es amplio y aún queda una cantidad enorme de territorio por explorar. Para lograrlo, es importante atreverse y divertirse. Sobre eso, Fabián Rivas es un experto. Autor e ilustrador de libros como “Cavermanos” y su más reciente publicación, “Despantallado”, donde cuenta la historia de Pipe, un niño que se ve forzado a dejar las redes sociales mientras se recupera de una caída en skate y debe seguir un tratamiento con yeso. A partir de esto, descubrirá otros talentos.

Fabián Rivas, quien estudió Diseño en la Universidad Finis Terrae, se ha desempeñado como ilustrador en medios nacionales como La Tercera o El Mercurio, además de su trayectoria como escritor de libros infantiles. En 2020 ganó el premio Medalla Colibrí por “Cavermanos”, el relato de Arg y Warg.

En conversación con Editorial Zig-Zag, comentó sus inspiraciones, proceso creativo y percepción sobre la creatividad en la infancia y la importancia de fallar para mejorar.

¿Cómo surge la idea de escribir “Despantallado”?

Nace desde la idea de crear una historia. Alguna vez, hace mil años, yo andaba en skate, de alguna manera siempre trato de tomar algunas cositas que hice o algo cercano a mí, entonces me acordaba de cuando andaba en skate y a veces sucedía ese tema de que te podías caer. Entonces se me ocurrió la idea de crear un personaje, de ver qué pasaba si tenía un accidente y se veía forzado a usar yeso.

Además, el tema del uso de pantallas, que bueno yo tengo dos sobrinos chicos, están más o menos como en la edad de Pipe y es heavy como están pegados en la pantalla, en el celular. Obviamente manejan YouTube, Twitch y diez mil plataformas más. Cuando se les acaba la batería es terrible. Entonces fue como ¿qué pasaría con esto? A mí me pasó muchas veces que tenía un problema y sentía que la vida se me iba a ir. Después encontraba que en ese camino había algo más interesante o había algo distinto. En este caso Pipe encuentra la ilustración de tablas de skate, los graffitis y ahí empieza a descubrir un mundo nuevo que no hubiera descubierto de no haber sido por el accidente.

¿Cuáles son tus expectativas para este nuevo libro?

¡Ojalá que les guste! Cuando alguien lo lea y me diga que le gustó, eso para mí será genial. Siempre lo es.

Al final es ese feedback que como autores les ayuda a seguir creciendo. Tu mencionas esto de los graffitis, tags y cómo socialmente sigue habiendo un poco de resquemor a pesar de que en las universidades hay electivos de graffiti y de arte urbano. ¿Esto puede ser una señal para que niños y niñas vayan naturalizando y haciendo lo que de verdad les gusta?

 

Me ha pasado con los talleres que he hecho. Muchos chicos me muestran sus croqueras. Cuando daba talleres online me mostraban sus trabajos y estaban muy llevados al animé y al manga o lo que es el graffiti. He visto ilustraciones increíbles o estos biselados que son buenísimos. Yo creo que lo tienen muy claro, de repente nosotros que estamos más viejos lo tenemos como ¡ah, estos son los que rayan en las murallas! Como te digo, ahí me mostraron croqueras llenas de tag como un arte, un graffiteo, que es precioso, muy lindo. Yo creo que eso está genial. Claro, nosotros tenemos inculcado que el tema del tag y el graffiteo es terrible, pero también está este otro graffiteo de murales que son preciosos, donde yo veía cuando iban los jóvenes a pedir a las casas el permiso para rayar una muralla y les quedaba increíble.

Eso está acá en Chile como está en otros lados. Me pasó que fui a Perú hace poco y había un sector lleno de murales urbanos precioso, yo estaba muy feliz sacando fotos, me daba toda una vibra distinta. A mí personalmente me encanta el graffiti, el arte de los murales hasta casi cómo la letrística juega un poquito con algunas cositas que hay en el libro. Estaban también estas micros amarillas…hay artistas increíbles que hacen estas letras, de alguna manera es tomar todo eso y transformarlo, darle una vuelta con mucho respeto.

Libertad cavernícola

Saliéndonos un poco del tema de “Despantallado”, me gustaría hablar sobre “Cavermanos”. Ganaste una Medalla Colibrí por este libro. Es un libro que cuestiona bastante los roles de género. ¿Cómo ha trascendido hasta ahora?

Ha sido bien bonito, porque de alguna manera yo cuando comencé con la idea de “Cavermanos” fue porque yo vengo de una familia donde las mujeres son muy power, entonces en ningún momento me cuestioné que una mujer tuviera más carácter que el chico, era muy natural para mí. Mi mamá tiene un carácter fuerte, mi hermana también, entonces no tengo un rollo con eso. Eso sí, cuando empecé a armarlo, casi que, por un tema por osmosis, aparece la idea de que el hermano mayor sea el hombre y lleve todo hacia un lado y la mujer sea más artista, pero sentía que no era natural; era muy acartonado y cliché, eso no es real. Como te digo, las mujeres y el tema matriarcal es súper importante, en este caso yo sentía que acá tenía que llevarlo la chica, que tuviera todo muy claro.  

¿Y cómo surge la inspiración para escribir “Cavermanos”?

La idea de la chica cavernícola era más interesante y sentía que funcionaba muy bien con Arg que es el más pequeño, que de alguna manera es más volado, más artista, tiene una personalidad más introvertida que Warg, que es la chica. Para mi fue muy natural, pero sí me ha llegado mucho comentario de personas que me han dicho ¡ay yo soy Warg! y agarran toda esa onda y lo encuentro buenísimo.

También me inspiré en mi sobrino y mi sobrina, ella tiene un carácter fuerte y mi sobrino tiene su onda de jugar y también me inspiré en eso. Ha sido muy bonito el feedback. De alguna manera se ha notado eso, de que para mi era natural y que de alguna manera para muchos debería serlo. Entonces, la otra vez veía cuando muchas chicas se inspiraban en superheroínas como Wonder Woman, y estaban rayando porque en una escena iba Wonder Woman y recibía balazos y todas como ¡wow buenísimo! y yo lo encontraba lo más natural del mundo. Cuando chico tenía mis superhéroes favoritos como Batman, Superman, y que las mujeres tengan a sus heroínas, y no sean las princesas que esperan el rescate, me parece fantástico.

¿Cómo ha sido el recibimiento de “Cavermanos”?

Ha sido muy lindo el recibimiento, que haya ganado un Ibby (que para mi es un premio gigante) y que les haya gustado es lo mejor. Es un libro que de alguna manera tiene mucho humor, que es lo que a mi me gusta. De alguna manera tiene este humor, subtítulos en cavernícola. Ha habido profesores que me han mandado fotos de niños escribiendo en cavernícola. Para mí es bacán porque agarró una vida que yo no esperaba que tuviera.

Todos cuando éramos chicos fuimos mucho más creativos y mientras fuimos creciendo fuimos agarrando más miedo al qué dirán. Los chicos no tienen eso. Tienen otros temas, pero son desprejuiciados, muy relajados.

Crear a partir del entorno

Como mencionaste más arriba, “Despantallado” y “Cavermanos” han surgido desde influencias directas de tu entorno. ¿Es tu línea general al momento de hallarte en medio de un proceso creativo?

Yo no soy tan creativo, entonces necesito buscar referencias, y trabajar desde lo cercano me ayuda mucho. Pensar en los cavernícolas, ver a mis sobrinos, recordar mi niñez con mi hermano es como retomar y armar una historia para sentirla cercana.

Trabajar un libro es un proceso súper largo, desde que tienes la idea hasta que sale publicado, donde además tienes que trabajar con la editorial, con diseñadores, con editores, es un trabajo gigante. Yo he tenido mucha suerte, siento que los dos libros han sido bacanes porque las editorias en Zig-Zag y la diseñadora han enganchado mucho con mi idea, potenciándola más.

Por ejemplo, en “Despantallado” hay unas dos o tres páginas que yo las giré a modo de diseño y me dijeron buenísimo dale nomás. En otra página estoy trabajando con el color y después saco una en blanco y negro. En “Cavermanos” se me ocurrió hacer subtítulos cavernícolas y me apoyaron. Trabajo algo que me gusta, algo cercano. Siempre he rayado con dinosaurios y la época prehistórica, lo pasé increíble dibujando en una página que tiene mastodontes porque me encantan. En “Despantallado” estuve buscando información ñoñamente porque en varias partes Pipe investiga sobre ilustradores que hacen skate, es algo muy ñoño, pero a mí me gusta, buscar y revisar. Hay unas gráficas que dibujé (o en realidad Pipe dibujó) y me sentía feliz porque era como armar algo cuando uno era chico y tratas de copiar lo que tú ves. Lo mismo que yo hacía a los diez, once, quince años lo estoy haciendo a los treinta y tantos.

¿Sobré qué te gustaría escribir a futuro? Ya has explorado cavernícolas, dinosaurios, skate, ¿Qué te gustaría plasmar próximamente?

Ahora yo estoy rayando con los cómics, desde chico me inicié en eso. Dibujaba muchos cómics, entonces estoy empezando a meterme en eso y reencontrarme con las versiones más infantiles. También estoy escribiendo sobre detectives. Me acuerdo cuando leí “Papelucho Detective” y a los ocho o nueve años rayé con eso, me voló la cabeza. Desde la saga de James Bond, Gravity Falls, donde aparecen estas cosas y el niño empieza a buscar información.

Me pasa lo mismo que en “Despantallado” y “Cavermanos”, voy bajando las ideas y de repente aparece esa historia. Estoy tanteando y veré qué pasa, pero lo principal es que también trato de pasarlo bien mientras lo hago.

Finalmente, me gustaría que transmitieras un mensaje sobre la ilustración. Hay muchos preadolescentes que empiezan a dibujar y a veces no saben cómo encontrar su propia identidad. ¿Qué les dirías a esas personas?

Yo creo que lo más importante es perderle el miedo a todo, al error en sí. Cuando éramos chicos todos dibujábamos; tú dibujabas, quién está leyendo también lo hacía. Yo empecé a dibujar académicamente “bien”. Cuando descubrí la ilustración me di cuenta que no era necesario dibujar bien. Cada ilustración comunica, representa algo. Me ha pasado que en los talleres los niños son muy desprejuiciados, pero hay otros que se frustran porque no les sale y es importante decirles que no importa cómo te salga.

Hay un tema muy importante de exitismo; todos queremos ser exitosos y lograrlo a la primera. Yo siento que, al revés, tenemos que equivocarnos muchísimo. Para aprender a ilustrar o escribir yo me sigo equivocando siempre y cada vez pierdo un poquito más el miedo.

Eso tienen que hacer, los chicos tienen que de alguna manera hacer lo que les guste, dibujar lo que les guste. Si quieren dibujar superhéroes que lo hagan, si quieren dibujar una tabla de skate que lo hagan y si quieren dibujar princesas o unicornios y crear historias sobre ellos, también. Puede que después estudien y aprendan más técnicas académicas, pero al principio tienen que atreverse y rayar. Pueden hacer cosas muy bonitas, todos estamos equivocándonos todo el rato y tenemos que hacerlo. Yo creo que a todos nos pasa que cuando salimos de la universidad o el colegio, te sientes con la obligación de no equivocarte y eso es lo peor, ¡no importa equivocarse! si lo hiciste y es algo muy terrible vamos a aprender de eso y mejorar, la idea es equivocarte y aprender, ese es el camino sí o sí.

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