Por Catalina Fernández.
María Jesús Alarcón es periodista e historiadora de profesión. A través de su propia experiencia con la maternidad, decidió estudiar sobre lactancia y actualmente es Magíster en Lactancia Materna de la Sociedad Cardenal Herrera de España. Del mismo modo, María Jesús se certificó como Asesora de Lactancia por Lactamed Chile y como Consultora Internacional de Lactancia Materna IBCLC, el mayor grado de especialización que existe en el tema. A través de su cuenta de Instagram Leche Bendita, donde cuenta con 62,3 mil seguidores, la autora acompaña y asesora a una gran comunidad de mujeres que desean acercarse al tema.
El poder de tu leche llega a librerías chilenas de la mano de Editorial Zig-Zag, convirtiéndose en el primer libro que guía y acompaña a las mujeres que quieren dar leche materna a sus bebés.
¿Cómo surge este interés por compartir información sobre lactancia? No es algo reciente, sino que ya llevas tiempo en esto.
En el mundo de la lactancia como tal me metí después de que nació mi primer hijo. Obviamente, una como mamá se empieza a meter en este mundo desconocido, en la lactancia -porque la verdad para mí era un mundo desconocido hasta que nació él-. Lo poco y nada que sabía era que a mi mamá no le había resultado, que ella no tenía leche, que mi abuela tampoco había tenido leche, entonces que éramos de familias no lecheras, digamos.
Antes de que naciera, para mí la lactancia no era tema realmente. Compré mamadera, tampoco pensé que era como el gran tema, sobre todo los primeros días de vida, todo se traslada. Si tomo leche, no tomo leche, cuánta leche tomó, te gusta o no la lactancia. Digamos que cuando te conviertes en mamá, la lactancia pasa a ser un tema demasiado relevante, sobre todo al comienzo. Entonces, ahí la descubrí, obviamente, en carne propia, le di leche y todo. Y me empezó a gustar.
Y bueno, me di cuenta que yo sí tenía leche.
Como el tema me gustó, empecé a investigar, empecé como a buscar cada vez más. Es algo que está en mi personalidad, no más, cuando voy investigando, descubro cosas, me gusta también explicarla o contarle a los demás. Entonces, obviamente, en el período después de mi primer hijo, cuando yo veía otra mujer, y amiga sobre todo, que de repente tenían temas de la lactancia, yo como que les iba diciendo cosas del tipo: “Oye, mira, investigué esto, así que me di cuenta de esto otro…” y así.
A medida que yo iba investigando más, estudiando más del tema, me daba cuenta de la cantidad de desinformación que había al respecto. En cierto modo, empecé una cruzada para derribar esta cantidad de mitos, e incluso de repente terminábamos en peleas familiares y cosas, porque distintas generaciones hablando obviamente de un tema que es tan íntimo, tan inherente al ser humano…nadie quiere admitir que no tiene la razón en un tema así.
¿A qué te refieres específicamente cuando utilizas el término desinformación?
En que hay mitos. En el fondo la gente da por sentado cosas que no son. La lactancia está rodeada de esas cosas, como por ejemplo: que no todas las mujeres tienen leche, que la leche se te acaba. Entonces, tú escuchas una serie de cosas o argumentos que incluso a veces los mismos médicos los perpetúan y dicen como algo lógico.
Es como que yo vaya al médico y diga que se me acabó la leche y el pediatra solo me diga “ya, toma esta fórmula”, no indagan más allá. Dan por hecho ciertas cosas, como esas que te digo, que la leche se termina, que no todas tienen leche o que hay que aguantarse el dolor, que hay que preparar los pezones, que hay un tema genético detrás de la producción, que hay leches de más calidad que otras, que solo puedes comer ciertas cosas, y así con un sinfín de cosas.
Es una serie de cosas que he escuchado siempre, pero que la gente te la dice con un nivel de autoridad o de convicción no menor, digamos. A eso me refiero con desinformación, que hay muchas frases establecidas ya en nuestro inconsciente.
Imagino que esos mitos deben repercutir en la autoestima de las madres, ¿te ha tocado presenciar algo así?
Sí, mira, hay de todo, porque obviamente hay corrientes, digamos, de todo tipo. Yo creo que hasta hace unas generaciones atrás la lactancia no era tema y la gente tampoco se culpaba mucho. Generación atrás, digo, de nuestros papás. Como tampoco se sentían culpables porque la mayoría de la gente no daba leche, entonces no era tema. Entonces, tampoco era tema y no había tanto esto de sentirse mal.
Hoy día que ya se sabe más. Las mujeres hemos tenido más acceso a información, la lactancia está dando mejores resultados y sobre todo con el tema de redes sociales, yo creo que sí puede estar pasando un poco más que uno ve que el otro le resulta y a ti no. Entonces, ¿qué pasa? O te sientes atacada o hay bastante sensibilidad en torno al tema y como te digo, también hay corrientes más extremas que dirán cosas del tipo: “no digas que no tienes leche porque es imposible, eres tú quien no quiere dar leche”.
También ese es un poco el interés del libro, es decir: “ya bueno, está el Instagram, pero no está todo”. O sea, también es bueno tener algún material más a mano.
Claro, El poder de tu leche finalmente busca bajar un poco esta información.
Claro, por un lado, que sea un libro que tenga información de lactancia. Por lo general, si una busca en Internet, existe información pero es súper técnica. Entonces, cuando estás ahí con la duda no quieres información técnica, sino algo amigable con dibujos y que lo explique ojalá con peras y manzanas, con ejemplos y gráficos.
Yo he leído hartos libros de lactancia, pero como te digo, son todos grandes, con muchas hojas; que si bien contienen material excelente para quienes estamos en el mundo de la lactancia y queremos educarnos, pero quizás no es lo óptimo para una mamá que simplemente quiere dar leche, que no pretende más que eso.
Es un libro muy general. Tiene un poco de biología, hablamos de hormonas, hablamos de todo el funcionamiento del cuerpo de la mujer, pero siempre de forma fácil y amigable. “El poder de tu leche” es cercano por eso, porque estamos hablando de una mujer que probablemente está a punto de parir o puérpera. Quiero ser un apoyo, una compañía para ella.
En una parte del libro se menciona el fenómeno de “pérdida de cultura de la lactancia”, ¿A qué crees que se deba esta pérdida?
Yo creo que un tema más que todo fue un tema cultural ligado a un contexto histórico específico. Por un lado, tenemos la Revolución Industrial, y de manera paralela tenemos la fuerte migración del campo a la ciudad.
Esto hizo que por un lado las familias se disgregaran ya que los jóvenes se fueron a trabajar, por ejemplo, a la ciudad y los papás se quedaron en el campo, entonces muchas madres se separaron entre ellas y se fue perdiendo este sentido de tribu. Por otro lado, la mujer se insertó en el ámbito laboral dentro de las ciudades. ¿Qué pasó con esto? Se dio esta “tormenta perfecta” donde la mujer tenía que salir a trabajar porque vivía en la ciudad, pero no podía llevar a su hijo recién nacido como lo hacían antes, por ende ¿Quién alimentaba a su hijo? No estaba la abuela, las hermanas…no tenían esa red de nodrizas o de apoyo que podría existir en otro ámbito.
Aparte de esto, aparece una industria alimentaria fuerte que llega para decirle a las madres “No te preocupes, yo tengo una fórmula para esto”. Al principio, previo a la existencia de la fórmula como tal, una parte de los niños pagaron, literal, con su vida dicho experimento. Al comienzo, los niños morían porque les daban mezclas de leche de vaca con otras cosas, generando contaminación.
Efectivamente fue una industria que posteriormente salvó muchas vidas, pero que al comienzo, mientras daban con la solución, generó mucha mortandad infantil.
¿No se conversaba sobre estos temas?
Pasa que la lactancia materna antes de todo esto no era un tema médico, sino que algo súper femenino. No se hablaba de parir ni menos de lactancia. El tema de la lactancia era en tu casa, con tu familia, tu mamá, tus hermanas. Tu tribu.
¿Cuáles serían los tres elementos a los que una madre primeriza debe poner atención durante su lactancia?
Yo creo que lo primero es investigar y leer mucho. Lo segundo, mirar. Eso es algo que también hemos ido perdiendo porque junto con esta pérdida de la lactancia que tuvimos, apareció el pudor ligado también a un tema social. Los pechos pasaron a ser algo súper sexualizado, y por lo se empezó a tener pudor frente al sexo masculino, y entre nosotras mismas también. Por lo tanto, las mujeres dejamos de aprender a través de mirar al otro, entonces el problema es que no vemos a mujeres dando leche. Mi gran consejo, que creo puede ser muy útil, es que miren. Traten de pedirle a gente de confianza que esté dando leche para ver cómo lo hacen y si no por último busquen videos en YouTube o redes sociales; si es que no están censurados, porque olvídate cuántas veces me han bajado videos como si fuera porno. Leer, informarse, mirar.
¿Cómo ha sido tu experiencia en redes sociales? ¿Cuál ha sido el aporte de Leche Bendita?
En general ha sido muy bonito. La mayoría de mi comunidad son mujeres que son mamás o futuras mamás. Hemos formado una comunidad en la que hay mucho apoyo, mucho consejo cuando hay una duda. Se aconsejan mutuamente. En algún momento, en la pandemia por ejemplo, creé una especie de comunidades a través de chats telefónicos como WhatsApp, ahí se juntaron mamás con guaguas y entre todas se fue tejiendo esta red. Son mamás con ánimos de aprender, que les gusta, como también he visto salir asesoras de lactancia.
Es muy bonito cuando se genera un interés en el tema, en estudiar e ir aprendiendo. Creo que esto ha sido muy útil para eso, para ayudar a la gente a romper mitos, a informar. La lactancia es un gran tema y da para mucho, y hoy en día las redes te ayudan en eso y se crea un lindo círculo de mujeres que están en la misma, que van pasando por periodos y tú las vas viendo. Entonces, de a poco se van formando estas “embajadoras” por decirlo de algún modo y eventualmente la lactancia volverá a lo que es: algo natural, que no tengas que leer un libro para eso porque tendrás a tu mamá, hermana, primas, cuñada y todas podrán ayudarte a entender lo que no sepas.
El libro El poder de tu leche está disponible en la Tienda Virtual de Editorial Zig-Zag.