Perdidos en Nunca Jamás: una mirada detectivesca a Peter Pan

«Hace cinco años, Wendy apareció en el bosque. Sus hermanos, John y Michael, no aparecieron nunca. Ahora niños han empezado a desaparecer sin dejar rastro y el caso de los Darling vuelve a estar en el foco de todas las miradas. Wendy no quiere abrir esa herida. No quiere sentir esperanza. Pero, entonces, un chico inconsciente cae del cielo directo hasta ella. Un chico imposible. Uno que no debería existir fuera de las historias que Wendy les contaba a sus hermanos antes de dormir…. »

Para hablar de la experiencia que fue leer esta novela, he de partir mencionando el estilo de escritura de Aiden Thomas, quien se manejó a lo largo de 408 páginas con un narrador en tercera persona que nos cuenta los pensamientos y sentimientos de Wendy. Su forma de escribir es bastante fluida, caracterizándose por un ritmo rápido. Además, el autor puso especial cuidado en desarrollar de manera correcta temáticas como la culpa y el duelo prolongado de la protagonista.

Tras la desaparición de sus hermanos menores, los padres de Wendy se sumergen en el mayor de los sufrimientos y es aquí cuando ella debe crecer repentinamente y tomar las riendas del asunto: la vida no puede quedar en pausa, pero a cambio, la vida familiar de los Darling sufre y se quiebra a causa de la pérdida inexplicable de John y Michael.

El giro argumental de esta historia sucede en el cumpleaños número 18 de Wendy, quien tras volver de su voluntariado en el hospital, golpea “algo” con su auto. No alcanza a ser catalogado como atropello, pero lo suficiente para que la figura misteriosa quede semi-insconciente. La mayor de los Darling, desesperada por lo que ha ocurrido, se acerca tan solo para encontrarse con una verdad sorprendente –y algo aterradora-: la persona que golpeó con su auto es Peter Pan, el muchacho de los cuentos que su madre solía contarle, y quien parece conocerla muy bien.

Wendy es de aquellas protagonistas que generan empatía. A pesar de haber vivido una situación muy particular, es fácil identificarse con ella en otros aspectos al comprender sus traumas y miedos, esperando que logre encontrar algo de paz tras cinco años de continua ansiedad sin poder recordar los eventos que llevaron a la desaparición de sus hermanos, y por lo que siente que el pueblo de Astoria la juzga constantemente.

Por otro lado tenemos a Peter: de personalidad vivaz y muchísimo más alegre y temerario que Wendy. Estos rasgos de la personalidad de Peter logran desconcertarla y, genera una especie de tensión entre ambos personajes. Sin embargo, no debemos asumir que sabemos todo sobre Peter…

Este retelling logra combinar elementos modernos y típicos de las novelas de detectives, para incorporarlos al clásico de J.M. Barry. Se recomienda para mayores de 13 años.

Por Catalina Fernández. Instagram @lecturalis.cl

Perdidos en nunca jamás, de Aiden Thomas, está disponible en nuestra tienda virtual y librerías del país.

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